Prohibición no, regulación sí
IDIOMA_FWK_FECHA_FORMATO_DIA_LARGOFuente: La Verdad
El Foro propondrá hoy a la Mesa del Botellón que regule conductas incívicas.
Más vale tarde que nunca, que diría el refrán. El Ayuntamiento de Albacete ha convocado para hoy a los colectivos sociales y grupos políticos que forman parte de la llamada Mesa de la Convivencia, para conocer su opinión sobre el borrador de la Ordenanza Reguladora de los Espacios Públicos para Fomentar y Garantizar la Convivencia Ciudadana y el Civismo, documento que les entregó en noviembre dándoles tres semanas para su estudio.
Aunque el asunto más controvertido que regulará esta norma es el botellón, la ordenanza regula hasta un total de 13 aspectos sobre el uso del espacio público. Amén de las propuestas nuevas que han surgido en este debate, como la iniciativa de la Asociación de Mujeres Progresistas por la Igualdad para que se incluya una prohibición de la prostitución en determinados lugares públicos.
Volviendo al botellón. El Foro de la Participación llevará a esta mesa, a modo de sugerencias, las conclusiones de una jornada celebrada la semana pasada. Un documento en el que se recogen, en buena medida, las aportaciones que a aquella jornada realizó el Consejo de la Juventud. Desde el Foro de la Participación comienzan diciendo que el botellón es, sobre todo, «un problema de orden público» por las molestias que ocasiona a los vecinos, aunque «no podemos obviar -dicen, el problema de salud que acarrea». Dicen que se echa en falta que se cumplan las actuales ordenanzas, ya en vigor, que sancionan conductas incívicas; también culpan a los padres «falta la responsabilidad paterna en algunas ocasiones», añaden, y recuerdan que «estamos en una 'cultura del alcohol', se ha de regular la asistencia de menores a estas reuniones juveniles».
Porqué no prohibir
Así, opinan que no sólo el Ayuntamiento de Albacete debe adoptar medidas para «resolver el problema de orden público», sino también la administración sanitaria y educativa para fomentar hábitos de consumo responsable y la familia, sobre todo, los padres de los menores.
Desde el Foro defienden que la prohibición «no es una solución eficaz», mientras que «su regulación puede satisfacer a todas las partes, o al menos reducir las malas conductas». No obstante, puntualizan que al regularlo se estará restringiendo en cierta medida el libre derecho al uso del espacio público por parte de los jóvenes, por tanto, para que funcione cualquier medida que se adopte es necesario contar con los implicados: jóvenes y vecinos.Y, ¿por qué no prohibirlo? Entre otras razones argumentan que con la prohibición no se acaba con la suciedad porque «la respuesta del joven que está cometiendo una ilegalidad es menos cívica que cuando se siente en libertad de usar su espacio público» y provoca «el 'botellón itinerante', huyendo de la policía, lo que hace que la suciedad se disperse por más puntos»; no se evita el ruido, todo lo contrario, pues «genera posibles altercados entre la policía y el joven que se siente amenazado y, además, se «bloquea» el trabajo policial al tener que «disolver» los botellones de toda la ciudad.